La educación religiosa existe en la
escuela pública de varios países de América Latina, así como en
numerosos espacios educativos privados del continente.
La diversidad cultural y religiosa de
nuestros pueblos exige la promoción de procesos educativos
interculturales, capaces de reconocer y acoger las diferencias,
orientados a la construcción de relaciones de paz. Es necesario que
la diversidad de creencias, convicciones y espiritualidades sea
comprendida como una oportunidad para el aprendizaje y la
convivencia.
La educación religiosa escolar se
distingue de otros espacios de formación que, por su naturaleza, son
confesionales y que están orientados a la educación “en” y
“para” una determinada experiencia de fe religiosa.
En América Latina, la Educación
Religiosa que se ofrece en los espacios educativos públicos ha sido
frecuentemente cuestionada por su carácter doctrinal. En algunos
países, el control de una determinada iglesia sobre la formación
docente y sobre la elaboración de los programas, ha generado
diversas formas de violencia cultural-religiosa y ha provocado el
vaciamiento de las aulas.
Es necesario repensar la Educación
Religiosa a partir del contexto plurirreligioso de América Latina,
con el fin de superar modelos excluyentes. La educación religiosa
puede ser una mediación desde la que se nutren el mutuo
conocimiento, las relaciones de paz, así como la justicia cultural y
religiosa. Quienes organizamos este seminario creemos que las
distintas tradiciones religiosas y espirituales son patrimonio de la
humanidad que toda la comunidad educativa tiene derecho a conocer.